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¿El tabaco contiene otras sustancias químicas que pueden contribuir a su adicción?

Sí, las investigaciones muestran que quizás la nicotina no sea el único ingrediente en el tabaco que afecta su potencial adictivo. Usando tecnologías avanzadas de imágenes neurológicas, los científicos pueden ver el efecto dramático del tabaquismo en el cerebro y han encontrado una disminución marcada en los niveles de la monoaminooxidasa (MAO), una enzima importante que es responsable de la descomposición de la dopamina. El cambio en la MAO probablemente es causado por algún ingrediente en el humo del tabaco distinto a la nicotina, ya que sabemos que la nicotina en sí no altera dramáticamente los niveles de la MAO. La disminución en dos formas de la MAO (A y B) resulta en niveles más altos de dopamina, lo que sugiere que otra razón por la cual los fumadores continúan con el hábito puede ser para sostener los niveles altos de dopamina que originan el deseo de usar la droga repetidamente.

Investigadores patrocinados por el NIDA han mostrado en estudios en animales que el acetaldehído, otro componente químico del humo de tabaco, aumenta dramáticamente las propiedades de refuerzo de la nicotina y también puede contribuir a la adicción al tabaco. Además, los investigadores informan que este efecto está relacionado con la edad y que los animales adolescentes demuestran más sensibilidad a este efecto de refuerzo, lo que sugiere que el cerebro adolescente puede ser más vulnerable a la adicción al tabaco.

Las terapias de reemplazo de la nicotina como el chicle o goma de mascar, los parches o los inhaladores pueden aliviar los aspectos farmacológicos del síndrome de abstinencia.

Página actualizada en marzo del 2010