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  • Revisión: 21 de abril de 2011

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Accidentes en plantas nucleares de electricidad y el riesgo de cáncer

Puntos clave

  • La radiación ionizante es una forma de energía presente en el ambiente en concentraciones bajas. Las fuentes naturales de radiación ionizante son los minerales radiactivos de la tierra y los rayos cósmicos del espacio exterior. Los aparatos médicos de rayos X y otros dispositivos fabricados por el hombre despiden o emiten también radiación ionizante, así como los reactores nucleares y las explosiones de armas nucleares que producen isótopos radiactivos (vea la pregunta 1).
  • En altas dosis, la radiación ionizante puede causar daño inmediato al cuerpo de una persona, incluso lesiones por radiación y muerte. Dosis bajas pueden causar cáncer, por lo general muchos años después de la exposición. El riesgo de cáncer depende de la cantidad de radiación, del tipo de radiación y de las partes del cuerpo expuestas (vea las preguntas 1 y 2).
  • Los accidentes que causan daños graves a las plantas nucleares de electricidad pueden dar como resultado que se liberen al medio ambiente materiales radiactivos y la consecuente exposición a radiación ionizante. Los dos isótopos radiactivos que se liberan en dichos accidentes y que generalmente presentan los riesgos más graves de cáncer son el yodo 131 (I-131) y el cesio 137 (Cs-137) (vea la pregunta 2).
  • Por décadas, el Instituto Nacional del Cáncer ha estado estudiando grupos de personas que estuvieron expuestas a la radiación ionizante por accidentes nucleares y por explosiones de superficie de armas atómicas para aprender acerca de los riesgos de cáncer por estas exposiciones. Esta información ayudará a los investigadores a entender y a reducir los efectos para la salud de accidentes nucleares futuros (vea las preguntas 3, 4 y 7).
  • Los pacientes con cáncer que viven cerca de plantas nucleares de electricidad al momento de un accidente deberán ser trasladados de inmediato para que sus tratamientos puedan continuar sin interrupción (vea la pregunta 6). 

  1. ¿Qué es la radiación ionizante?

    La radiación ionizante consiste en partículas subatómicas (es decir, partículas que son más pequeñas que un átomo, como los protones, neutrones y electrones) y en ondas electromagnéticas. Estas partículas y ondas tienen suficiente energía como para extraer electrones de los átomos—ionizar—en las moléculas con las que tienen contacto. La radiación ionizante puede surgir de diversas formas:

    • De la descomposición espontánea de isótopos inestables. Los isótopos inestables, llamados también isótopos radiactivos, despiden, o emiten, radiación ionizante como parte del proceso de descomposición. Los isótopos radiactivos existen naturalmente en la corteza, en el suelo, en la atmósfera y en los océanos de la tierra. Estos isótopos se producen también en reactores nucleares y en explosiones de armas nucleares.

    • De los rayos cósmicos que se originan en el Sol y en otras fuentes extraterrestres así como en aparatos tecnológicos que comprenden desde máquinas de rayos X dentales y médicas hasta los tubos de rayos catódicos de las televisiones antiguas.

    En la Tierra, todos estamos expuestos a concentraciones bajas de radiación ionizante de fuentes naturales y tecnológicas en proporciones variables, dependiendo de la ubicación geográfica, de la dieta, del oficio y del estilo de vida.

    En dosis elevadas, la radiación ionizante puede causar daño inmediato al cuerpo de una persona, incluso lesiones y muerte por radiación. La radiación ionizante es también un carcinógeno, aun en concentraciones bajas; causa cáncer principalmente porque daña el ADN. Sin embargo, en cuanto más baja es la dosis de radiación ionizante, tanto menor es la posibilidad de que haya daño.

    Los niños y los adolescentes son más sensibles a los efectos carcinogénicos de la radiación ionizante que los adultos porque sus cuerpos están aún en crecimiento y en desarrollo. Además, los niños y los adolescentes tienen ordinariamente más años de vida después de la exposición a la radiación en los cuales puede formarse el cáncer. 

  2. ¿Qué riesgos de cáncer se asocian con accidentes de plantas nucleares de electricidad?

    Las plantas nucleares de electricidad usan energía liberada por la descomposición de ciertos isótopos radiactivos para producir electricidad. En este proceso, se producen isótopos radiactivos adicionales. En las plantas nucleares de electricidad, varas de combustible y estructuras de contención diseñadas especialmente encierran los materiales radiactivos para evitar que esos materiales y la radiación ionizante que producen contaminen el medio ambiente. Si el combustible y las estructuras de contención que lo rodean sufren daños graves, los materiales radiactivos y la radiación ionizante pueden liberarse al medio ambiente, lo que presenta un posible riesgo de salud para la gente. El riesgo real depende de:

    • Los materiales radiactivos específicos, o isótopos, liberados y las cantidades liberadas.
    • Forma en que la persona entra en contacto con los materiales radiactivos liberados (tal como por alimentos, por agua o aire contaminados, o por la piel).
    • La edad de la persona (por lo general, quienes se exponen en edades más jóvenes corren mayor riesgo).
    • La duración y la cantidad de la exposición.

    Se puede encontrar más información acerca de los efectos para la salud de la exposición a la radiación ionizante en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) (http://www.bt.cdc.gov/radiation/emergencyfaq.asp) y en la Dependencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) (http://www.epa.gov/rpdweb00/understand/health_effects.html).

    Los isótopos radiactivos liberados por accidentes en plantas nucleares de electricidad son el I-131 y el Cs-137. En los tipos más graves de accidentes, como el accidente de Chernóbil de 1986, otros isótopos radiactivos peligrosos, como el estroncio-90 (Sr-90) y el plutonio-239, pueden liberarse también.

    La exposición humana al I-131 emitido por accidentes de plantas nucleares de electricidad se origina principalmente del consumo de agua, de leche o de alimentos contaminados. Existe la posibilidad de exposición también al inhalar partículas de polvo en el aire contaminadas con I-131.

    Dentro del cuerpo, el I-131 se acumula en la glándula tiroides, un órgano en el cuello. Esta glándula usa el yodo para producir hormonas que controlan la rapidez con que el cuerpo usa la energía. Debido a que la glándula no distingue entre el I-131 y el yodo no radiactivo, esta acumula cualquiera de las dos formas. La exposición al yodo radiactivo puede aumentar el riesgo de cáncer de tiroides muchos años después, especialmente en niños y en adolescentes.

    La exposición al Cs-137 puede ser interna o externa al cuerpo. La exposición externa ocurre al caminar en tierra contaminada o al entrar en contacto con materiales contaminados en lugares de accidentes nucleares. La exposición interna puede ocurrir al inhalar partículas en el aire que contienen Cs-137, como lo es el polvo producido de tierra contaminada o por ingerir agua o alimentos contaminados. Debido a que el Cs-137 no se concentra en un tejido en particular, la radiación ionizante emitida por este isótopo puede exponer todos los tejidos y órganos del cuerpo. 

  3. ¿Cómo han aprendido los investigadores acerca de los riesgos de cáncer procedentes de accidentes de plantas nucleares de electricidad?

    Gran parte de lo que se conoce acerca del cáncer causado por exposición a radiación por accidentes de plantas nucleares de electricidad proviene de la investigación del desastre de una planta nuclear de electricidad en abril de 1986, en Chernóbil, en lo que es ahora Ucrania. Los isótopos radiactivos liberados durante el accidente de Chernóbil fueron el I-131, el Cs-137 y el Sr-90.

    Aproximadamente 600 trabajadores que se encontraban en la planta nuclear de electricidad durante la emergencia estuvieron expuestos a dosis de radiación muy altas y padecieron lesiones por radiación. Todos los que recibieron más de 6 grays (Gy) de radiación se enfermaron inmediatamente de gravedad y murieron a consecuencia. Quienes recibieron menos de 4 Gy tuvieron una mayor posibilidad de sobrevivir. (Un Gy es una medida de la cantidad de radiación absorbida por el cuerpo de una persona).

    Cientos de miles de personas que trabajaron como parte del personal de limpieza en los años posteriores al accidente estuvieron expuestas a dosis externas más bajas de radiación ionizante, las cuales oscilaron entre 0,14 Gy en 1986 y 0,04 Gy en 1989. En este grupo de personas, hubo un riesgo mayor de leucemia.

    Alrededor de 6,5 millones de residentes de las áreas contaminadas en las cercanías de Chernóbil estuvieron expuestos a concentraciones de radiación mucho más bajas. De 1986 a 2005, estas personas recibieron una dosis acumulada promedio de 0,0092 Gy de fuentes externas e internas de radiación. Los niños y los adolescentes expuestos al I-131 mostraron un riesgo mayor de presentar cáncer de tiroides (vea la pregunta 4). 

  4. ¿Cuánto tiempo después de la exposición al I-131 continúa alto el riesgo de cáncer de tiroides?

    Aunque el tiempo que se lleva la radiación del I-131 en disminuir a la mitad (media vida) es solo 8 días, el daño que causa puede aumentar el riesgo de cáncer de tiroides durante muchos años después de la exposición inicial.

    Un estudio dirigido por investigadores del Instituto Nacional del Cáncer (NCI) hizo un seguimiento de más de 12 500 personas que eran menores de 18 años cuando estuvieron expuestas a altas dosis de I-131 (0,65 Gy en promedio) por el accidente de Chernóbil. Se encontró un total de 65 casos nuevos de cáncer de tiroides en esta población entre 1998 y 2007. Casi la mitad de esos casos se atribuyeron a la exposición al I-131. Los investigadores encontraron que en cuanto mayor había sido la dosis de I-131 de una persona, mayor sería la posibilidad de que padeciera cáncer de tiroides (cada Gy de exposición estaba asociado con el doble de riesgo). También encontraron que este riesgo permaneció elevado durante 20 años por lo menos. 

  5. ¿Qué puede hacer la gente para protegerse de los riesgos para la salud asociados con la exposición a la contaminación de un accidente de una planta nuclear de electricidad?

    La información sobre este tópico está disponible en los CDC (http://www.bt.cdc.gov/radiation/emergencyfaq.asp) y en otras dependencias federales (http://www.hhs.gov/response/2011tsunami/index.html#radiation).  

  6. ¿Qué deben hacer los pacientes con cáncer si viven en un área que puede estar contaminada por un accidente en una planta nuclear de electricidad?

    Los pacientes con cáncer que están siendo tratados con quimioterapia sistémica o radioterapia deberán ser evacuados de las áreas donde ha habido un accidente en una planta nuclear de electricidad para que puedan continuar su tratamiento médico sin interrupción. Los pacientes deberán tener siempre consigo una lista de los tratamientos que han recibido en el pasado y de los que pueden estar recibiendo en el presente, incluso los nombres de los fármacos y de sus dosis. Estas listas pueden ser importantes a consecuencias no solo de accidentes de plantas nucleares de electricidad, sino también después de otros sucesos de gran envergadura que pueden afectar los servicios médicos, cuando es posible que se pierdan los expedientes médicos.

    Las autoridades locales o nacionales pueden recomendar que algunas personas (bebés, infantes, niños, adolescentes y mujeres embarazadas) en áreas con alta contaminación de I-131 tomen yoduro de potasio (KI) para prevenir la acumulación de I-131 en la tiroides. El KI no debe presentar peligros para una persona que previamente recibió radioterapia o quimioterapia. Los pacientes que son tratados activamente para el cáncer y a quienes se les recomienda que tomen KI deberán consultar con su médico antes de tomar el medicamento, para que el médico pueda evaluar su plan de tratamiento y su estado de salud, incluso su estado nutricional, para determinar que el tratamiento con KI no es perjudicial para ellos. 

  7. ¿Qué investigaciones apoya el NCI actualmente acerca de la radiación ionizante y el riesgo de cáncer?

    Los investigadores en el NCI y en otras partes continúan aprendiendo acerca de los riesgos de cáncer debidos a la radiación ionizante mediante el estudio de diversos grupos de gente, incluso de quienes estuvieron expuestos como consecuencia del accidente de Chernóbil, de supervivientes de explosiones de bombas atómicas en Japón durante la Segunda Guerra Mundial, y de quienes estuvieron expuestos a formas médicas de radiación.

    • El NCI lleva a cabo gran parte de sus investigaciones por medio de su División de Epidemiología y Genética del Cáncer (DCEG). Es posible encontrar más información sobre los proyectos del personal de la Unidad de Epidemiología de Radiación en esta división (http://dceg.cancer.gov/reb).

    • Se puede obtener más información detallada en línea acerca del estudio a largo plazo de supervivientes de Chernóbil (http://chernobyl.cancer.gov).

    • Por medio de la DCEG y de la División de Biología del Cáncer, el NCI apoya un banco de tejido que contiene muestras de supervivientes de Chernóbil que están siendo estudiadas para entender los efectos de la exposición radiactiva por accidentes de plantas nucleares de electricidad (http://resresources.nci.nih.gov/database.cfm?id=1531).

    • El NCI colabora con investigadores de la Fundación para la Investigación de los Efectos de Radiación de Japón para aprender acerca de los efectos para la salud de las exposiciones a bombas atómicas en 1945 en dicho país. El nombre de este proyecto en curso es Life Span Study (http://www.rerf.or.jp/index_ea.html).

    • La División del Control del Cáncer y Ciencias Demográficas apoya investigaciones en universidades concebidas para estudiar los efectos para la salud de la radiactividad en el medio ambiente, incluso el riesgo de cáncer de seno en mujeres supervivientes al accidente de Chernóbil (http://cancercontrol.cancer.gov/grants/abstract.asp?ApplID=7903911).

    • El NCI trabaja estrechamente con el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas para apoyar el Programa de Medidas Médicas de Prevención ante la Amenaza Radiológica y Nuclear del gobierno federal (http://www.niaid.nih.gov/topics/radnuc/Pages/default.aspx).

    • Los profesionales de la salud pueden también encontrar información acerca del manejo médico de personas expuestas durante emergencias de radiación en el sitio web del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., Manejo Médico de Emergencias de Radiación (http://www.remm.nlm.gov/).

Bibliografía selecta 

  1. Hatch M, Ron E, Bouville A, Zablotska L, Howe G. The Chernobyl disaster: cancer following the accident at the Chernobyl nuclear power plant. Epidemiologic Reviews 2005; 27:56–66. [PubMed Abstract] 

  2. Minenko VF, Ulanovsky AV, Drozdovitch VV, et al. Individual thyroid dose estimates for a case-control study of Chernobyl-related thyroid cancer among children of Belarus—part II. Contributions from long-lived radionuclides and external radiation. Health Physics 2006; 90(4):312–327. [PubMed Abstract] 

  3. Romanenko AY, Finch SC, Hatch M, et al. The Ukranian-American study of leukemia and related disorders among Chornobyl cleanup workers from Ukraine: III. Radiation risks. Radiation Research 2008; 170(6):711–720. [PubMed Abstract] 

  4. Cardis E, Hatch M. The Chernobyl accident―An epidemiological perspective. Clinical Oncology 2011; DOI: 10.1016/j.clon.2011.01.510. [PubMed Abstract] 

  5. Brenner AV, Mykola DT, Hatch M, et al. I-131 dose-response for incident thyroid cancers in Ukraine related to the Chornobyl accident. Environmental Health Perspectives 2011; DOI: 10.1289/ehp.1002674. [Abstract] 

  6. United Nations Scientific Committee on the Effects of Atomic Radiation. Sources and Effects of Ionizing Radiation: UNSCEAR 2008 Report to the General Assembly with Scientific Annexes. Volume II, Annex D. Health effects due to radiation from the Chernobyl accident. New York: United Nations, 2011.

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Páginas de Internet y materiales relacionados del Instituto Nacional del Cáncer:

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