Es una infección por el virus del herpes que un bebé contrae (adquiere) al momento de nacer.
Los bebés recién nacidos pueden resultar infectados con el virus del herpes:
Si en el momento del parto la madre tiene una infección activa con herpes genital, el bebé es más propenso a resultar infectado durante el nacimiento. Es posible que algunas madres no sepan que tienen úlceras herpéticas internas (dentro de la vagina).
Algunas personas han tenido infecciones previas por herpes, pero no lo sabían. Estas personas, sin saber que tienen herpes, pueden transmitírselo a su bebé.
La causa más común de infección por herpes en bebés recién nacidos es el herpes tipo 2 (herpes genital), pero también puede presentarse el tipo 1.
El herpes puede aparecer únicamente como una infección cutánea. Se pueden presentar pequeñas ampollas (vesículas) llenas de líquido que se rompen, forman costra y finalmente sanan, lo que a menudo deja una leve cicatriz.
La infección por herpes también se puede propagar a través de todo el cuerpo (llamada herpes diseminado). En este tipo, el virus del herpes puede afectar muchas partes diferentes del cuerpo:
Los bebés recién nacidos con herpes que se ha propagado al cerebro u otras partes del cuerpo a menudo están muy enfermos. Los síntomas abarcan:
El herpes adquirido en el período poco después del nacimiento tiene síntomas similares a los del herpes adquirido al nacer.
El herpes intrauterino puede causar:
Los exámenes para el herpes congénito abarcan:
Los exámenes adicionales que se pueden hacer si el bebé está muy enfermo abarcan:
Las infecciones con el virus del herpes en bebés generalmente son tratadas con medicamentos intravenosos. El medicamento antiviral más común que se utiliza para este propósito es el Aciclovir y es posible que el bebé necesite tomarlo por varias semanas.
A menudo, se necesita otra terapia para tratar los efectos de la infección con herpes, como shock o convulsiones. Con frecuencia, debido a que estos bebés están muy enfermos, el tratamiento se hace en una unidad de cuidados intensivos.
A pesar de los medicamentos antivirales y el tratamiento oportuno, los bebés con herpes sistémico o encefalitis con frecuencia no tienen buen pronóstico.
En los bebés con enfermedad cutánea, las vesículas pueden reaparecer en forma repetitiva incluso después de haber terminado el tratamiento. Estas recurrencias los ponen en riesgo de desarrollar problemas de aprendizaje y pueden necesitar tratamiento.
Si su bebé presenta cualquier síntoma de herpes congénito, como lesiones cutáneas solas, hágalo ver de un médico con prontitud.
Es importante que las mujeres le comenten a su médico si tienen antecedentes de herpes genital.
El hecho de tener prácticas sexuales más seguras puede ayudar a evitar que la madre contraiga el herpes genital. Las madres que no están infectadas con herpes no pueden transmitir el virus del herpes al feto durante el parto.
Las personas con boqueras o fuegos (herpes labial) deben evitar el contacto con recién nacidos. Los cuidadores que tengan boqueras deben usar una máscara quirúrgica y lavarse las manos minuciosamente antes de tener contacto con el bebé para prevenir la transmisión del virus.
Las madres deben consultar con su médico sobre la mejor manera de minimizar el riesgo de transmitir el herpes a su bebé.
HSV; Herpes congénito; Herpes de tipo congénito
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Versión en inglés revisada por: Sameer Patel, MD, Assistant Professor of Pediatrics, Columbia University, New York, NY. Also reviewed by David Zieve, MD, MHA, Medical Director, A.D.A.M., Inc.
Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.
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