Ponte un día que sea libre de alcohol.
Escoge un día a la semana (por ejemplo, los martes) en el que no beberás.
No tomes si estás molesto.
Si tienes un mal día o estás enojado, no tomes. Mejor camina, llama a un amigo o ve al cine. Busca maneras saludables para controlar el estrés.
Evita los lugares donde la gente bebe demasiado.
Mantente alejado de los bares o de otros lugares que te den ganas de beber.