Buscar

¿En qué forma afecta el tratamiento para el abuso de drogas a la epidemia del VIH/SIDA?

Desde finales de la década de los ochenta, las investigaciones han demostrado que el tratamiento para el abuso de drogas constituye una estrategia eficaz para la prevención del VIH. Los toxicómanos que se encuentran en tratamiento descontinúan o reducen su uso de drogas y los comportamientos arriesgados relacionados, incluyendo las prácticas de inyección arriesgadas y el sexo sin protección.20 Los programas para el abuso de drogas también juegan un papel importante al proporcionar información actualizada sobre el VIH/SIDA y enfermedades relacionadas, consejería y pruebas de detección, así como referencias a servicios médicos y sociales.

Los tratamientos para el abuso de drogas que combinan enfoques farmacológicos y conductuales tienen un impacto comprobado sobre los comportamientos arriesgados para el VIH así como sobre la incidencia de esta infección.20 Por ejemplo, investigaciones recientes muestran que cuando se combinan las terapias conductuales con el tratamiento con metadona, aproximadamente la mitad de los participantes en el estudio que informaron uso de drogas inyectables al comienzo, indicaron ya no involucrarse en esta práctica cuando salieron del estudio y más del 90 por ciento de todos los participantes indicaron que no compartían agujas cuando salieron del mismo.21

Mientras que estos hallazgos muestran ser sumamente prometedores para lograr reducir los comportamientos sexuales arriesgados que suelen ser asociados con el uso de drogas, ahora se necesitan estudios para determinar la eficacia a largo plazo de estas intervenciones.

Además, dentro del grupo de usuarios de cocaína no inyectable, el tratamiento para la drogadicción también ha mostrado que disminuye el uso de cocaína en un promedio de 10 días por mes al inicio del tratamiento (línea de base) a 1 día por mes después de un periodo de seguimiento de 6 meses. La disminución en el uso de la cocaína fue asociada con una disminución promedio del 40 por ciento del riesgo de infección con el VIH para ambos sexos y todos los grupos étnicos, principalmente como resultado de tener menos parejas sexuales y menos relaciones sexuales sin protección.5 Dentro del grupo de homosexuales y bisexuales del sexo masculino que abusaron de la metanfetamina, el tratamiento integral del comportamiento redujo los comportamientos sexuales arriesgados y mantuvo estas reducciones por lo menos un año después del tratamiento para el abuso de drogas.22

Los tratamientos conductuales también han mostrado tener gran potencial para mejorar la adherencia a la terapia antirretroviral. Las intervenciones enfocadas en aumentar la adherencia al tratamiento para el VIH son esenciales para su éxito, pero generalmente requieren cambios drásticos en el estilo de vida. Un tratamiento eficaz con frecuencia requiere de un régimen médico consistente para contrarrestar el estilo de vida a menudo irregular ocasionado por el abuso de drogas y la adicción.

Página actualizada en julio del 2006