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El uso del tabaco y la morbilidad asociada

Hay evidencia clara de las tasas altas de morbilidad psiquiátrica asociadas al uso de tabaco por adolescentes y adultos que fuman, incluyendo el abuso de otras sustancias. Por ejemplo, se calcula que las personas con trastornos psiquiátricos compran aproximadamente el 44 por ciento de todos los cigarrillos que se venden en los Estados Unidos, lo que sin duda contribuye a los índices desproporcionados de morbilidad y mortalidad en estos grupos. Además, los estudios demuestran que hasta el 80 por ciento de alcohólicos fuman regularmente, y que la mayoría de ellos morirán de enfermedades relacionadas con el hábito de fumar y no de enfermedades relacionadas con el consumo de alcohol.

En los fumadores jóvenes, el tabaquismo parece estar fuertemente asociado con un riesgo mayor de desarrollar una variedad de trastornos mentales. En algunos casos, como son los trastornos de conducta y el trastorno de déficit de atención con hiperactividad, éstos pueden aparecer antes que la persona comience a fumar, mientras que en otros casos, tales como el abuso de sustancias, los trastornos pueden surgir más adelante. Cualquiera que sea el caso—si el hábito de fumar a diario entre los niños y niñas es el resultado o si es la causa de un trastorno psiquiátrico manifiesto—es inquietante ver cuán pocos son los adolescentes diagnosticados con dependencia a la nicotina y tratados adecuadamente. Prevenir que los jóvenes comiencen a fumar a una edad temprana y tratar a las víctimas jóvenes que ya han comenzado, son prioridades fundamentales de la atención médica primaria. Si logramos cumplir con estos objetivos, lograremos impactar dramáticamente nuestra habilidad para prevenir o tratar mejor una gran variedad de trastornos mentales a lo largo de la vida.

Entre los adultos, el índice de episodios de depresión fuerte es más alto entre las personas con dependencia a la nicotina, es menor en las personas que actualmente fuman pero no tienen dependencia, y es más bajo entre los que han dejado de fumar o jamás fumaron. Además, hay pruebas que muestran que para aquellos que han tenido más de un episodio de depresión, dejar de fumar puede aumentar el riesgo de un nuevo episodio de depresión fuerte. El consumo de tabaco en los adultos también aumenta el riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad en el futuro, lo que puede estar asociado con una mayor severidad de los síntomas del síndrome de abstinencia durante el tratamiento para dejar de fumar. La morbilidad asociada más grande que probablemente exista con el hábito de fumar es la esquizofrenia, ya que, en muestras clínicas, el índice de tabaquismo en pacientes con esquizofrenia ha sido tan alto como del 90 por ciento.

Página actualizada en marzo del 2010