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Nota de la Directora

Las drogas que se conocen en la calle como ácido, polvo de ángel y vitamina K, distorsionan la forma en que el usuario percibe el tiempo, el movimiento, los colores, los sonidos y a sí mismo. Estas drogas pueden entorpecer la capacidad de la persona para pensar y comunicarse racionalmente o hasta para reconocer la realidad, a veces resultando en comportamientos extravagantes o peligrosos. Los alucinógenos como la LSD hacen que las emociones fluctúen desenfrenadamente y que las percepciones del mundo real asuman aspectos ilusorios y a veces aterradores. Las drogas disociativas como el PCP y la ketamina pueden hacer que el usuario se sienta desconectado y fuera de control.

Además de sus efectos a corto plazo sobre la percepción y el estado de ánimo, la LSD está asociada con episodios casi psicóticos que pueden ocurrir mucho después de que la persona haya tomado la droga, mientras que el PCP y la ketamina pueden causar depresión respiratoria, anormalidades en el ritmo cardiaco y el síndrome de abstinencia. El uso de la LSD y otros alucinógenos por estudiantes de la escuela secundaria ha disminuido desde 1998, pero el uso de la ketamina y la LSD en los clubes de baile y en las fiestas "rave", que duran la noche entera, está creciendo entre los adolescentes mayores y los adultos jóvenes.

Las investigaciones del NIDA están desarrollando una imagen más clara de los peligros de estas drogas que alteran la mente. Hemos recopilado la información científica en este reporte para informar a los lectores y fortalecer los esfuerzos de prevención y tratamiento.

Nora D. Volkow, M.D.
Directora
Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas

Página actualizada en junio del 2003