En la mayoría de las personas, el sobrepeso y la obesidad se producen por falta de balance energético. Para que haya balance energético, la energía que se ingiere en los alimentos debe ser igual a la que se gasta.
La energía que se ingiere es la cantidad de energía o de calorías que se obtiene de los alimentos y bebidas. La energía que se gasta es la cantidad de energía que el cuerpo usa en funciones como respirar, digerir los alimentos y hacer ejercicio.
Para mantener un peso saludable, la energía que se ingiere y la que se gasta no tienen que estar estrictamente balanceadas todos los días. Lo que da buenos resultados es el balance a lo largo del tiempo.
El sobrepeso y la obesidad se presentan con el paso del tiempo cuando usted ingiere más calorías que las que gasta.
Muchos estadounidenses no hacen suficiente ejercicio físico. Esto se debe a varias razones. Una es que muchas personas pasan horas frente al televisor y la computadora trabajando, haciendo tareas escolares y como pasatiempo. De hecho, pasar más de 2 horas diarias viendo televisión con regularidad se ha asociado con sobrepeso y obesidad.
Entre otras razones de falta de ejercicio están las siguientes: la gente usa el auto para ir de un lado a otro en vez de caminar; la tecnología y las comodidades modernas han disminuido las exigencias físicas en el trabajo y la casa; también ha influido la falta de clases de educación física para los niños en las escuelas.
Las personas poco activas tienen más probabilidades de subir de peso porque no queman las calorías que consumen en los alimentos y bebidas. Un estilo de vida poco activo también eleva el riesgo de sufrir enfermedad de las arterias coronarias, presión arterial alta, diabetes, cáncer del colon y otros problemas de salud.
Nuestro medio ambiente no siempre contribuye a que tengamos hábitos saludables; de hecho, estimula la obesidad. Esto se debe a razones como las siguientes:
En estudios realizados con gemelos idénticos que se criaron separados se ha demostrado que los genes tienen mucha influencia en el peso de una persona. El sobrepeso y la obesidad tienden a ser hereditarios. Sus probabilidades de tener sobrepeso son mayores si uno de sus padres o ambos tienen sobrepeso u obesidad.
Sus genes también pueden afectar la cantidad de grasas que usted almacena en el cuerpo y los lugares del cuerpo en los que acumula el exceso de grasa. Como las familias también comparten hábitos en cuanto a alimentación y ejercicio, existe relación entre los genes y el medio ambiente.
Los niños adoptan los hábitos de sus padres. Así, un niño de padres con sobrepeso, que consuman alimentos con alto contenido de calorías y sean poco activos, probablemente llegará a tener sobrepeso también. Por otra parte, si la familia adopta hábitos saludables respecto a la alimentación y el ejercicio, disminuirán las probabilidades de que el niño llegue a tener sobrepeso u obesidad.
Algunos problemas hormonales pueden causar sobrepeso y obesidad, entre ellos el hipotiroidismo (actividad baja de la glándula tiroides), el síndrome de Cushing y el síndrome del ovario poliquístico.
El hipotiroidismo es una afección en la que la glándula tiroides no produce suficiente hormona tiroidea. La falta de hormona tiroidea hace que el metabolismo sea más lento y esto causa aumento de peso. Además, produce cansancio y debilidad.
El síndrome de Cushing es una afección en la que las glándulas suprarrenales producen una cantidad excesiva de una hormona llamada cortisol. También puede presentarse síndrome de Cushing en personas que reciben tratamiento prolongado con dosis altas de ciertas medicinas, como la prednisona.
Las personas con síndrome de Cushing aumentan de peso y tienen obesidad de la parte superior del cuerpo, con cara redondeada, grasa alrededor del cuello, y brazos y piernas delgados.
El síndrome del ovario poliquístico (llamado también poliquistosis ovárica) afecta a entre un 5 por ciento y un 10 por ciento de mujeres en edad de procrear (en edad de tener hijos). Las mujeres con síndrome del ovario poliquístico a menudo son obesas, tienen exceso de vello corporal y sufren trastornos reproductivos y otros problemas de salud debido a concentraciones altas de unas hormonas llamadas andrógenos.
Ciertas medicinas pueden provocar aumento de peso. Entre ellas se cuentan algunos corticoesteroides, antidepresivos y anticonvulsivantes.
Estas medicinas pueden disminuir la velocidad a la que el cuerpo quema calorías, aumentar el apetito o hacer que el cuerpo retenga más agua, todo lo cual puede conducir a un aumento de peso.
Algunas personas comen más de lo acostumbrado cuando están aburridas, enojadas o estresadas. Con el tiempo, comer en exceso conducirá a aumento de peso y puede causar sobrepeso u obesidad.
Algunas personas aumentan de peso cuando dejan de fumar. Una razón de que esto suceda es que los alimentos a menudo saben y huelen mejor. Otra razón es que la nicotina aumenta la velocidad a la que el cuerpo quema calorías, de modo que la persona quema menos calorías cuando deja de fumar. Sin embargo, fumar representa un grave riesgo para la salud y dejar de hacerlo es más importante que la posibilidad de aumentar de peso.
A medida que uno envejece, tiende a perder masa muscular, especialmente si hace menos ejercicio. La pérdida de masa muscular puede disminuir la velocidad a la que el cuerpo quema calorías. Si la persona no reduce el consumo de calorías a medida que envejece, puede aumentar de peso.
El aumento de peso en mujeres de edad madura se debe principalmente al envejecimiento y al estilo de vida, pero la menopausia también interviene. Muchas mujeres aumentan unas 5 libras durante la menopausia y tienen más grasa alrededor de la cintura que la que tenían antes.
Durante el embarazo, la madre aumenta de peso para que el bebé reciba los nutrientes adecuados y se desarrolle normalmente. Después del parto, a algunas mujeres les cuesta trabajo bajar de peso. Esto puede llevar a sobrepeso o a obesidad, especialmente después de varios embarazos.
En algunos estudios se ha observado que cuanto menos duerman las personas, más probabilidades tendrán de tener sobrepeso o de ser obesas. Por ejemplo, las personas que dicen dormir 5 horas cada noche tienen más probabilidades de volverse obesas que las que duermen entre 7 y 8 horas.
Las personas que duermen menos horas también parecen preferir los alimentos que contienen más calorías y carbohidratos, con lo cual pueden comer en exceso, aumentar de peso y volverse obesas con el tiempo.
Las hormonas que se liberan durante el sueño controlan el apetito y el uso de la energía por parte del cuerpo. Por ejemplo, la insulina controla la elevación y descenso de las concentraciones de glucosa en la sangre durante el sueño. Las personas que no duermen lo suficiente tienen en la sangre concentraciones de insulina y de glucosa parecidas a las de las personas propensas a la diabetes.
Además, las personas que no suelen dormir lo suficiente parecen tener concentraciones altas de una hormona llamada grelina (que aumenta el apetito) y bajas concentraciones de otra hormona llamada leptina (que en condiciones normales sirve para controlar el apetito).
Prevención de la Obesidad
Los estudios clínicos son investigaciones que exploran si una estrategia médica, un tratamiento, o un dispositivo son seguros y eficaces para los seres humanos. Estos estudios son una herramienta importante de investigación y sirven para adelantar en el conocimiento médico y el cuidado del paciente. Aprenda más sobre los estudios clínicos (solo en inglés).
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