¿Son las inyecciones de Botox una opción contra la incontinencia por urgencia?

El medicamento funcionó igual de bien que las pastillas estándares en una comparación directa, pero no está aprobado del todo para ese uso

Por Kathleen Doheny
Reportero de Healthday

JUEVES, 4 de octubre (HealthDay News) -- La toxina botulina, el tratamiento antiarrugas conocido como Botox, también puede ayudar a las mujeres que sufren de incontinencia urinaria por urgencia a reducir los escapes, según un estudio reciente.

Inyectar Botox en la vejiga funcionó igual de bien que pastillas diarias de solifenacina, un tratamiento comúnmente recetado para la incontinencia, hallaron los investigadores.

El tratamiento con Botox ya está aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de EE. UU. para la incontinencia por urgencia debida a lesiones neurológicas conocidas, como el trauma de la médula espinal, señaló el autor líder, el Dr. Anthony Visco, jefe de uroginecología y cirugía reconstructiva de la pelvis del Centro Médico de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte.

Pero aún no está aprobada para la incontinencia sin una causa reconocida, llamada incontinencia idiopática.

Visco y colegas llevaron a cabo lo que creen es la primera comparación directa entre un medicamento y la toxina botulina.

Presentarán sus resultados en la reunión anual de esta semana de la Sociedad Americana de Uroginecología (American Urogynecologic Society), en Chicago. Los hallazgos aparecen en la edición en línea del 4 de octubre de la revista New England Journal of Medicine.

Los investigadores asignaron a casi 250 mujeres que sufrían de incontinencia a tomar el medicamento diario y a inyecciones de solución salina, o a placebos diarios e inyecciones de Botox. En promedio, las mujeres tenían entre 55 y 59 años de edad.

En la incontinencia por urgencia, la vejiga es impredecible e hiperactiva. Hasta una de cada cinco mujeres mayores de EE. UU. sufre de la afección, señaló Visco.

La pastilla usada para tratar la afección, la solifenacina (con nombre de marca Vesicare) funciona al relajar los músculos de la vejiga. Si la dosis inicial de 5 miligramos no funcionaba, los investigadores aumentaban la dosis a 10 mg. Si eso no funcionaba, se cambiaba a las mujeres a otro fármaco de uso común, trospium XR (Sanctura).

El Botox funciona, apuntó Visco, al ayudar a relajar los músculos para que no estén tan hiperactivos. Las inyecciones de Botox se administran a través de un cistoscopio, que es un instrumento iluminado que se introduce en la vejiga. El Botox se inyecta en 15 o 20 lugares distintos, y luego se propaga de forma uniforme por la superficie de la vejiga, apuntó Visco.

Durante seis meses, las mujeres de cada grupo llevaron un diario de tres días una vez al mes, anotando cuántos episodios de incontinencia habían experimentado. Al principio, las mujeres tenían un promedio de cinco episodios al día.

Tras los seis meses, la reducción promedio en los episodios de incontinencia era casi la misma: de 3.4 episodios en el grupo de las pastillas y de 3.3 en el grupo de Botox.

"Ambas cosas funcionan muy bien", aseguró Visco.

Sin embargo, apuntó, "los grupos que recibieron Botox tenían casi dos veces más probabilidades de lograr una resolución completa de la incontinencia".

El 27 por ciento de las que recibieron Botox dijeron que no habían tenido episodios diarios de escapes tras seis meses, frente a 13 por ciento de las que tomaban las pastillas.

Ambos grupos reportaron efectos secundarios. 46 por ciento de las que tomaban las pastillas y 31 por ciento de las que usaron Botox reportaron resequedad bucal. Las que recibieron Botox tenían muchas más probabilidades de contraer una infección del tracto urinario, y 33 por ciento reportaron una.

Las que usaron Botox a veces sufrían de retención urinaria y tuvieron que usar un catéter.

A los seis meses, los tratamientos se detuvieron. Un mes después, 50 por ciento de las mujeres que tomaron pastillas seguían presentando un alivio de los síntomas, frente a 62 por ciento de las que recibieron Botox. Un año más tarde, 25 por ciento de las que tomaron las pastillas y 38 por ciento de las que usaron Botox seguían experimentando alivio.

Visco calculó que habría que repetir el Botox más o menos cada nueve meses.

Otro experto que revisó los estudios comentó sobre los hallazgos.

El Botox "podría ser una opción viable para las personas en quienes la terapia regular no ha funcionado", señaló el Dr. Peter Galier, especialista en medicina interna del Centro Médico de la UCLA en Santa Mónica, California, y profesor asociado de la Facultad de Medicina David Geffen de la UCLA, en Los Ángeles.

Señaló que es esencial asegurarse de que el diagnóstico sea incontinencia por urgencia, y que los síntomas no se deban a otros problemas. Apuntó que primero recetaría el otro fármaco, y que recurriría al tratamiento con Botox si el fármaco no funciona.

Se debe tomar en cuenta el riesgo de infección de las inyecciones de Botox, enfatizó.

El precio del medicamento estándar varía, al igual que la cobertura de seguro. Por ejemplo, un surtido de Vesicare de dosis baja para un mes puede costar unos 230 dólares.

Allergan, que fabrica el Botox, pidió a la FDA aprobación para los adultos con incontinencia por urgencia idiopática en quienes los medicamentos estándares no funcionan, señaló la vocera de la compañía Heather Katt. Allergan no quiso estimar los costos de las inyecciones para la incontinencia por urgencia, pero Katt señaló que muchos planes cubren el tratamiento para la incontinencia por urgencia neurogénica, y se puede esperar que también cubran la nueva indicación, si es aprobada.

El estudio fue financiado por los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. Visco no tiene vínculos con la compañía farmacéutica. Algunos coautores reportan trabajar como asesores para Astellas Pharma US y GlaxoSmithKline, que fabrican Vesicare.

Más información

Para más información sobre la incontinencia, visite los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

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(FUENTES: Anthony Visco, M.D., chief, urogynecology and reconstructive pelvic surgery, Duke University Medical Center, Durham, N.C.; Peter Galier, M.D., internal medicine specialist, UCLA Medical Center, Santa Monica, Calif., and associate professor of medicine, UCLA David Geffen School of Medicine, Los Angeles; Heather Katt, spokesperson, Allergan, Irvine, Calif.; Oct. 4, 2012, New England Journal of Medicine online)

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