El melfalán puede provocar una disminución grave en la cantidad de células sanguíneas en la médula ósea. Esto puede causar determinados síntomas y aumentar el riesgo de tener una infección o sangrado graves. Si presenta alguno de los siguientes síntomas, llame a su médico de inmediato: fiebre, dolor de garganta, tos y congestión continuas, u otros signos de infección; sangrado o moretones inusuales; heces con aspecto de alquitrán, negras o sanguinolentas; vómito sanguinolento; o vómito con sangre o material marrón parecido a los posos del café.
No falte a ninguna cita, ni con su médico ni con el laboratorio. Su médico ordenará algunas pruebas de laboratorio periódicamente antes del tratamiento y durante este, para ver si este medicamento está afectando las células sanguíneas.
El melfalán puede aumentar el riesgo de que desarrolle otros tipos de cáncer. Consulte a su médico sobre los riesgos de tomar melfalán.
El melfalán se usa para tratar el mieloma múltiple (un tipo de cáncer de la médula ósea). El melfalán también se usa para tratar un tipo determinado de cáncer de ovario (cáncer que empieza en los órganos reproductores femeninos donde se forman los óvulos). El melfalán pertenece a una clase de medicamentos denominados agentes alquilantes. Actúa deteniendo o enlenteciendo el crecimiento de las células cancerosas en el cuerpo.
La presentación del melfalán es en tabletas que se administran por vía oral. Por lo general, se toma una vez al día, con el estómago vacío. La duración del tratamiento depende del tipo de medicamentos que esté tomando, de la manera en que su cuerpo responda a ellos y del tipo de cáncer que tenga. Tome melfalán aproximadamente a la misma hora todos los días. Siga atentamente las instrucciones de la etiqueta de su medicamento recetado y pídales a su médico o a su farmacéutico que le expliquen cualquier cosa que no entienda. Tome melfalán según lo indicado. No aumente ni disminuya la dosis, ni la tome con mayor frecuencia que la indicada por su médico.
Es posible que su médico deba retrasar su tratamiento o ajustar la dosis de melfalán, según su respuesta al tratamiento y los efectos secundarios que tenga. Hable con su médico acerca de cómo se siente durante su tratamiento. No deje de tomar melfalán sin consultar a su médico.
Pídales a su farmacéutico o a su médico una copia de la información del fabricante para el paciente.
A veces, el melfalán también se usa para tratar el cáncer de seno. Además, a veces se usa para tratar la amiloidosis (una enfermedad en la que se acumulan proteínas anormales en los tejidos y los órganos del cuerpo). Consulte a su médico sobre los riesgos de usar este medicamento para tratar su afección.
Este medicamento puede recetarse para otros usos; pídales más información a su médico o a su farmacéutico.
A menos que su médico le indique lo contrario, continúe con su dieta normal.
Si olvida tomar una dosis, tómela en cuanto se acuerde. No obstante, si ya casi es hora de la dosis siguiente, deje pasar la dosis que olvidó y continúe con su horario de medicación normal. No tome una dosis doble para compensar la que olvidó.
Náuseas.
Vómitos.
Pérdida del apetito o de peso.
Llagas en la boca y en la garganta.
Falta de periodos menstruales (en mujeres jóvenes y adultas).
Dolor articular, muscular o de espalda.
Sarpullido.
Urticaria.
Comezón.
Dificultad para respirar o tragar.
Palidez.
Cansancio excesivo.
Desvanecimiento.
Latidos cardíacos rápidos, irregulares o fuertes.
Coloración amarillenta en la piel o los ojos.
Dolor en la parte superior derecha del abdomen.
Orina de color oscuro.
Bultos o masas inusuales.
El melfalán puede provocar otros efectos secundarios. Llame a su médico si tiene algún problema inusual mientras toma este medicamento.
Si desarrolla un efecto secundario grave, usted o su doctor puede enviar un informe al programa de divulgación de efectos adversos 'MedWatch' de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) en la página de Internet [http://www.fda.gov/Safety/MedWatch] o por teléfono al 1-800-332-1088.
Mantenga este medicamento en su envase original, bien cerrado y fuera del alcance de los niños. Almacénelo en el refrigerador y alejado de la luz. Deseche todos los medicamentos que estén vencidos o que ya no necesite. Pregunte a su farmacéutico cuál es la manera adecuada de desechar sus medicamentos.
En caso de una sobredosis, llame a la oficina local de control de envenenamiento al 1-800-222-1222. Si la víctima está inconsciente, o no respira, llame inmediatamente al 911.
Vómitos.
Diarrea.
Llagas en la boca y en la garganta.
Heces negras, con aspecto de alquitrán o sanguinolentas.
Vómito sanguinolento o de material parecido a los posos del café.
Sangrado o moretones inusuales.
Dolor de garganta, tos, fiebre u otros signos de infección.
No deje que ninguna otra persona tome sus medicamentos. Consulte a su farmacéutico si tiene alguna pregunta sobre cómo volver a surtir su receta.
Es importante que Ud. mantenga una lista escrita de todas las medicinas que Ud. está tomando, incluyendo las que recibió con receta médica y las que Ud. compró sin receta, incluyendo vitaminas y suplementos de dieta. Ud. debe tener la lista cada vez que visita su médico o cuando es admitido a un hospital. También es una información importante en casos de emergencia.
Documento actualizado - 15/08/2012
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