Comiencen el día con un buen desayuno.
Si tus hijos no desayunan, se pueden sentir hambrientos y cansados, y esto puede hacer que después estén picando comida chatarra (comida basura). Dales a tus hijos fruta y cereales integrales con leche sin grasa o baja en grasa en lugar de cereales azucarados.
Prepara meriendas o refrigerios (“snacks”) saludables. (Por ahora disponible sólo en inglés)
Las meriendas les dan a los niños nutrientes importantes y les ayudan a que tengan menos hambre entre las comidas.
Siéntense a la mesa a comer juntos en familia.
Cuando las familias se sientan a comer juntos, los niños comen más vegetales y frutas y menos comida chatarra. Planea comidas saludables que sean de buen precio y disfruten de ellas en familia. Deja que los niños te ayuden a escoger alimentos saludables, a preparar las comidas y a poner la mesa.