La metanfetamina es una droga tóxica y altamente adictiva. Se puede ingerir, inhalar, inyectar, aspirar o fumar. En la calle a menudo se conoce en español como "anfetas", "meta" y "tiza"; y en inglés como "speed", "meth" y "chalk". Otra forma de la droga, el clorhidrato de metanfetamina, se vende en cristales conocidos en español como "hielo", "cristal" y "vidrio"; y en inglés como "ice", "crystal" y "glass".
El abuso de la metanfetamina comenzó no hace muchos años en las zonas del oeste y sudoeste de los Estados Unidos y desde entonces ha continuado extendiéndose por todo el país, incluyendo las zonas rurales.
La metanfetamina con frecuencia se fabrica en laboratorios clandestinos y en casas particulares, usando ingredientes que se pueden obtener con facilidad. Cuando se fuma o se inyecta por vía intravenosa, el usuario siente una sensación inicial sumamente placentera, llamada "rush" o "flash", que dura apenas unos minutos. Cuando se toma por vía oral o cuando se inhala por la nariz, la metanfetamina produce una sensación más larga de euforia sin el "rush" inmediato. Otros efectos incluyen desvelo o insomnio, incremento en la actividad física y reducción del apetito.