Hasta diciembre del 2001, se presentaron 57 casos documentados de transmisión ocupacional del VIH a trabajadores del sector de la salud en los Estados Unidos y no se han reportado casos confirmados desde 1999. La transmisión ocupacional del VIH se reporta en el Informe de Vigilancia del VIH de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)1 en la categoría de transmisión que incluye hemofilia, transfusiones sanguíneas, exposición perinatal y factores de riesgo sin reportar o identificar.
Para prevenir la transmisión del VIH en
trabajadores del sector de la salud en su sitio
de trabajo, los CDC ofrecen las siguientes
recomendaciones.
Estrategias de prevención
El personal del sector de la salud debe suponer que la
sangre y otros líquidos corporales de todos
los pacientes están posiblemente infectados.
Por tanto, se deben seguir las precauciones de
control de infección en todo momento.
Estas precauciones consisten en
- Uso rutinario de barreras (por ejemplo,
guantes o gafas de protección) cuando se
crea que se puede entrar en contacto con
sangre u otros líquidos corporales,
- lavarse las manos y otras áreas de la piel
inmediatamente después de tener contacto
con sangre u otros líquidos corporales y
- manipular y desechar cuidadosamente los
instrumentos cortopunzantes durante y
después de su uso.
En la actualidad se dispone de dispositivos
de seguridad para prevenir las lesiones por
pinchazos de aguja. Si se usan correctamente,
estos dispositivos pueden reducir el riesgo
de exposición al VIH. Muchas lesiones
percutáneas, como pinchazos de aguja y
cortaduras, ocurren al desechar los objetos
cortopunzantes. También se están creando
estrategias para desechar materiales
contaminados en forma más segura, como el
diseño de recipientes para desechos que sean
más seguros y con una mejor ubicación.
Aunque la estrategia más importante para
reducir el riesgo de transmisión ocupacional
del VIH es prevenir la exposición en el
trabajo, debe contarse con planes para el
manejo posexposición al virus del personal
en el sector de la salud. Los CDC han
establecido directrices para el manejo de
casos de exposición de trabajadores del sector
de la salud al VIH y recomendaciones para
la profilaxis posexposición (PEP): Updated
U.S. Public Health Service Guidelines for the
Management of Occupational Exposures to
HIV and Recommendations for Postexposure
Prophylaxis2 (30 de septiembre de 2005).
Estas directrices establecen una serie de
consideraciones para determinar si el personal
del sector de la salud debe recibir PEP y qué
tipo de tratamiento se debe seleccionar. Para
la mayoría de las exposiciones al VIH que justifican la PEP, se recomienda un tratamiento
básico con dos medicamentos por cuatro
semanas (hay varias opciones). Para las
exposiciones al VIH que conllevan un riesgo
elevado de transmisión (basado en el estado de
infección de la fuente y el tipo de exposición),
es posible que se recomiende un tratamiento
con tres medicamentos. Las directrices
también abordan circunstancias especiales, por
ejemplo, una exposición que no fue reportada
a tiempo, si se desconoce quién fue la
fuente de infección, si la persona expuesta
está embarazada, si el virus de la fuente de
infección es resistente a los medicamentos
antivirales y la toxicidad de los tratamientos
de PEP. Las exposiciones ocupacionales
deben considerarse una situación médica de
emergencias.
Creación de mejores programas de
prevención para trabajadores del
sector de la salud
Es necesario mantener una atención
constante en las siguientes áreas para reducir
el riesgo de transmisión ocupacional del
VIH al personal del sector de la salud.
Esfuerzos a nivel administrativo. Todas
las organizaciones de salud deben capacitar
a sus trabajadores de atención médica en los
procedimientos de control de infecciones
y sobre la importancia de reportar
exposiciones ocupacionales. Deben crear un
sistema de vigilancia para la notificación de
exposiciones y el manejo de las exposiciones
ocupacionales.
Creación y fomento del uso de dispositivos
de seguridad. Es necesario seguir
fabricando dispositivos eficaces y a precios
razonables, diseñados para prevenir lesiones
con objetos cortopunzantes en el personal
del sector de la salud que con frecuencia
tiene contacto con sangre y otros líquidos
corporales posiblemente infectados con el
VIH. Debe hacerse una evaluación continua
sobre el uso apropiado y constante de estos
dispositivos de seguridad.
Vigilar los efectos de la profilaxis
posexposición. Se debe seguir una
vigilancia y hacer una evaluación continua
de la información sobre seguridad y
tolerancia de los diferentes tratamientos de
PEP, especialmente de aquellos que incluyen
nuevos medicamentos antirretrovirales.
Además, para aumentar el cumplimiento
con las normas de profilaxis posexposición,
se necesita comunicar mejor a los
trabajadores de la salud sobre los posibles
efectos secundarios del tratamiento, antes
de comenzarlo, y hacerle un seguimiento
cuidadoso a aquellos que están recibiendo el
tratamiento.
1 CDC.
HIV Surveillance Report, 2008; vol. 20.
Publicado en junio de 2010. Consultado el 15
de febrero de 2011.
2 CDC.
Updated U.S. Public Health Service Guidelines for the Management of Occupational Exposures to HIV and Recommendations for Postexposure Prophylaxis.
MMWR 2005;54(RR09):1-17. |