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Ciclo de salud pública

Pérdida auditiva y ciclo de salud públicaEl trabajo de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) relacionado con la pérdida auditiva se lleva a cabo a lo largo de un ciclo de salud pública que comprende tres etapas: investigación, intervención y prevención. En cada una de ellas, los CDC han ejercido y siguen ejerciendo un liderazgo. Las actividades de los CDC en el área de la pérdida auditiva constituyen un buen ejemplo del ciclo de salud pública en acción.
 

Rastreo

El rastreo (también llamado vigilancia) es un instrumento poderoso para determinar qué personas de la población general tienen una enfermedad o discapacidad en particular y cuántas pueden estar afectadas. El rastreo también se utiliza para investigar los cambios que puedan tener esos grupos con el paso del tiempo. Si bien los hallazgos de los estudios de rastreo que realizan los CDC a menudo identifican las cuestiones de la investigación a resolver, los resultados también pueden constituir material informativo para las estrategias de intervención y prevención. Estos estudios le sirven a los CDC para saber quiénes tienen más riesgo de contraer una enfermedad o qué puede contribuir a que sean menos propensos. Cuando sabemos qué personas están en riesgo de padecer una enfermedad o qué factores las protegen, tenemos una idea mejor sobre la forma en que funcionarán los programas de prevención o intervención. El ciclo de salud pública comienza de nuevo cuando utilizamos el rastreo para monitorizar los efectos de un programa de prevención o intervención en particular.

A principios de los años de 1980, los CDC implementaron el primer sistema de rastreo múltiple de discapacidades del desarrollo (incluida la pérdida auditiva) basado en la población de los Estados Unidos, el Estudio de Discapacidades del Desarrollo en el Área Metropolitana de Atlanta (MADDS). El MADDS encontró que aproximadamente 1 de cada 1,000 niños de 10 años de edad tenían pérdida auditiva bilateral de más de 40 decibeles.1

Hacia comienzos de la década de 1990, los CDC aprovecharon la eficacia del sistema MADDS para implementar un rastreo continuo de ciertas discapacidades del desarrollo. El Programa de Vigilancia de las Discapacidades del Desarrollo en el Área Metropolitana de Atlanta (MADDSP) continuó realizando rastreo de pérdida auditiva, pérdida de la visión, parálisis cerebral infantil y discapacidad intelectual. Los científicos de los CDC reconocieron la utilidad del MADDSP para saber la edad en que se identificó por primera vez la pérdida auditiva en los niños, como parte de los esfuerzos para promover la importancia de la detección temprana. Los datos del MADDSP de 1991 a 1993 mostraron que, en los niños con pérdida auditiva sensoneural de origen congénito, la edad promedio más temprana en que se hizo un diagnóstico fue de 2.9 años; solo el 8% de los niños con sordera recibieron un diagnóstico al año de edad. Estos resultados se utilizaron como base para iniciar los programas y la legislación para promover las pruebas universales en recién nacidos destinadas a evaluar la función auditiva antes de que estos abandonen el hospital. Actualmente hay una gran evidencia que sustenta la importancia de la intervención temprana en los niños con pérdida auditiva para mejorar sus destrezas de lenguaje y comunicación.

 

Investigaciones

Además de rastrear la prevalencia y las características de la pérdida auditiva grave en niños en edad escolar, la información del MADDSP les permite a los CDC examinar los posibles factores de riesgo de pérdida auditiva y la manera en que se modifican con el tiempo. Por ejemplo, en los países desarrollados, las mejoras en los cuidados obstétricos y neonatales han llevado a tasas más altas de supervivencia en bebés nacidos con bajo peso. Los datos del MADDSP han mostrado un incremento en el riesgo de pérdida auditiva en bebés de bajo peso. Saber que los niños de bajo peso enfrentan un riesgo más alto de perder la audición ha guiado a los investigadores a tomar las medidas para determinar si más niños estan siendo diagnosticados con pérdida auditiva y, de ser así, si este incremento está vinculado a una tasa de supervivencia más alta en los bebés con bajo peso. Poder conocer este riesgo también significa que los padres y proveedores de atención médica están más conscientes de la necesidad de hacer pruebas de la audición en estos bebés.  

 

Intervención y prevención

El MADDSP es el único programa de rastreo poblacional de pérdida auditiva en los Estados Unidos. Tenemos la capacidad de utilizar instrumentos de rastreo, a través del MADDSP, para medir los efectos de las actividades de prevención e intervención en la prevalencia de la pérdida auditiva y de la utilización de los servicios especiales. Los programas de Detección Auditiva e Intervención Tempranas (EHDI) promueven la prueba inicial de la audición en los bebés más pequeños, evaluaciones de seguimiento oportunas y servicios de intervención temprana. En la actualidad, la prueba de la audición en los recién nacidos se realiza en los 50 estados, los territorios estadounidenses y el Distrito de Columbia, y cubre más del 95% de todos estos bebés. Además de las actividades a nivel estatal, el EHDI cuenta con el apoyo de una amplia gama de agencias federales, grupos promotores de la causa y el público. La identificación e intervención tempranas pueden ayudar a los niños con pérdida auditiva a maximizar su comunicación y su desarrollo del lenguaje.

 

Referencias bibliográficas (en inglés)

1. Drews CD, Yeargin-Allsopp M, Murphy CC, Decoufle P. Hearing impairment among 10-year-old children: metropolitan Atlanta, 1985-1987. Am J Public Health. 1994;84(7):1164–6. [Read article]

Centers for Disease Control and Prevention. Serious hearing impairment among children aged 3-10 years -- Atlanta, Georgia, 1991-1993. MMWR Morb Mortal Wkly Rep. 1997;46(45);1073–6. [Read article]

Joint Committee on Infant Hearing. Year 2007 position statement: principles and guidelines for early hearing detection and intervention programs. Pediatrics. 2000;106:798–817. [Read article]

US Preventative Services Task Force. Universal screening for hearing loss in newborns: US Preventive Services Task Force recommendation statement. Pediatrics. 2008;122(1):143–8. [Read article]

Van Naarden K, Decoufle P. Relative and attributable risks for moderate to profound bilateral sensorineural hearing impairment associated with lower birth weight in children 3 to 10 years old. Pediatrics. 1999;104(4 Pt 1):905–10. [Read summary]

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