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The Southwest
El Suroeste

  Parallel Histories Home >> Exploration and Early Settlement >> The Southwest

After the explorer Alvar Núñez Cabeza de Vaca and his three companions completed their arduous journey across Texas and northern Mexico to the Gulf of California, they went to Mexico City. Cabeza de Vaca’s account of the vast areas that they visited interested Viceroy Antonio de Mendoza (1490?-1552) and the Spanish explorer Hernán Cortés (1485-1547).

Mendoza subsequently sent an expedition in 1538-39 to explore the present-day Southwest. The party was led by the Franciscan friar Marcos de Niza (?-1558). Estebanico (ca. 1500-1539), the former African slave who had accompanied Cabeza de Vaca was also part of the expedition. Estebanico was killed while scouting ahead, but Niza avoided the same fate and returned to Mexico. Niza exaggerated the potential wealth of the places that he had seen to make himself seem more important, thereby setting the stage for the voyage of Francisco Vásquez de Coronado (1510-1554).

In 1540 Coronado set out to find the Seven Golden Cities of Cíbola, purportedly seen from a distance by Niza. For more than two years, Coronado trekked through parts of present-day Arizona, New Mexico, Texas, Oklahoma, and Kansas but could find little in the way of gold, silver, or other riches. The Spaniards constantly demanded food for themselves and their horses from the pueblos that they visited. These demands eventually prompted the Indians to rebel; in response, the Spanish burned 13 villages—poisoning relations between the two for many years. One of Coronado’s lieutenants, García López de Cárdenas, became the first European to see the Grand Canyon. After a particularly cruel winter, the expedition returned to Mexico in 1542.

More than 40 years passed before the Spanish undertook a serious attempt to settle the vast territories that Coronado had explored. In April 1598 Juan de Oñate (ca. 1549-1624), a wealthy mine owner, led a large expedition northward from Mexico. Funded by Oñate, Viceroy Luis de Velasco (ca. 1538-1617), and King Philip II (1527-1598), the expedition was to ford the Rio Bravo, the present-day Rio Grande. In 1604 Juan de Oñate ventured west from his base in present-day New Mexico and sent word of “a great harbor on the South sea,” actually the mouth of the Colorado River. Oñate remained in New Mexico until 1607, where he supervised the construction of Franciscan missions and, under the terms of his contract with the Spanish Crown, organized further expeditions to territories as distant as present-day Kansas to the east and the Gulf of California to the southwest.

King Charles III (January 20, 1716-December 14, 1788) ruled Spain from 1759 to 1788. He expelled the Jesuits from Spanish America in 1767 and in 1776 established a new Comandancia General de las Provincias Internas del Norte del la Nueva España to govern territories including much of northern Mexico and the present-day American Southwest.

As part of his reforms, Charles III also instructed the marqués de Rubí (ca. 1725-?) to inspect the fortifications (known as presidios) on the northern frontier of New Spain from the Gulf of California to Louisiana and to recommend measures for improving the presidio system. Although exploration was not his primary mission, de Rubí’s expedition yielded much new information on the Indian peoples and conditions along the frontier. He carried out his assignment in 1766-68 accompanied by Nicolás de la Fora (b. ca. 1740) and Josef Urrutia (1728-1800) of the Royal Engineers.

In 1772 King Charles III issued a regulation based on the recommendations made by de la Fora and Urrutia in their map and report. The regulation prescribed the manner of conducting relations with the Indians, the duties of the commandant inspector and other military personnel, and provided for a cordon of 15 presidios--at intervals of about 40 leagues, from Sonora to Texas. The objective was to prevent Apache raids from the north into settled areas and to bring the Indians under military control.

In July 1776 Fathers Silvestre Vélez de Escalante (b. ca. 1750-April 1780) and Anastasio Domínguez led a group of 10 men in search of a good route from Santa Fe, New Mexico, to Monterey, California. They returned in January 1777 after exploring the central Rocky Mountain states of Colorado, Utah, and Arizona, but without having located the desired path. Soldier and cartographer Bernardo Miera y Pacheco made such important detailed maps of the area that they were often used by others including Baron Alexander von Humboldt (September 14, 1769-May 6, 1859) for his Atlas Géographique et Physique du Royaume de la Nouvelle Espagne, published in Paris in 1811.


Page from diary

Memorias Sobre las Provincias del Norte de Nueva España. [Notes on the Provinces of the North of New Spain]. Silvestre Veléz de Escalante. [1799]. Manuscript Division. Library of Congress.

Copied by a lieutenant of the Spanish Royal Corps of Engineers, this volume includes the diary of the expedition conducted by the Franciscan priests Silvestre Veléz de Escalante and Francisco Domínguez. The diary records their route , which began in Santa Fe on July 29, 1776, and crossed through present-day Colorado, Utah, and Arizona. Geographic features are described, including the ancient cliff dwellings of Mesa Verde in Colorado.


Map of Spanish territory in America

Mapa, que comprende la Frontera, de los Dominios del Rey, en la America Septentrional. [Map deliniating the borders of the domains of the King in America]. José de Urrutia. 1769. Geography and Map Division. Library of Congress.

This map was the result of the Marques de Rubí’s 1766-68 survey of the presidio system in New Spain.



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El Suroeste
The Southwest

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Después de que el explorador Alvar Núñez Cabeza de Vaca y sus tres acompañantes completaran su ardua travesía a través de Texas y el norte de México hasta el Golfo de California, fueron a Ciudad México. Los relatos de Cabeza de Vaca sobre tan enorme territorio hicieron que el virrey Antonio de Mendoza (1490?-1552) y el explorador español Hernán Cortés (1485-1547), se interesaran por esa región.

Mendoza posteriormente ordenó una expedición en 1538-39 para explorar lo que hoy día es el Suroeste de los Estados Unidos. El grupo estaba encabezado por el fraile franciscano Marcos de Niza (?-1558). Estebanico (ca. 1500-1539), un ex-esclavo africano que había acompañado a Cabeza de Vaca también formaba parte de la expedición. Estebanico fue asesinado mientras estaba llevando a cabo un reconocimiento del terreno, pero Niza evita sufrir la misma suerte y regresa a México. Niza exagera el potencial de riquezas de los lugares que había visto para darse más importancia y así propiciar el viaje de Francisco Vázquez de Coronado (1510-1554).

En 1540 Coronado se dispuso encontrar las Siete Ciudades de Oro de Cíbola, al parecer divisada desde la distancia por Niza. Por más de dos años, Coronado atravesó parte de lo que son hoy los estados de Arizona, Nuevo Mexico, Texas, Oklahoma, y Kansas pero encontró muy poco oro, plata u otras riquezas. Los españoles constantemente exigían víveres y aprovisionamientos para ellos y sus caballos en los pueblos que visitaban. Estas exigencias eventualmente dieron lugar a que los Indios se rebelaran: en respuesta a esto, los españoles quemaron 13 pueblos—dañando las relaciones entre ambos por muchos años. Uno de los lugartenientes de Coronado, García López de Cárdenas, fue el primer europeo en divisar el Gran Cañón. Después de un invierno muy duro, la expedición regresó a México en 1542.

Pasaron más de cuarenta años antes de que los españoles trataran de fundar asentamientos permanentes en los vastos territorios que Coronado había explorado. En abril de 1598 Juan de Oñate (ca. 1549-1624), un minero rico, encabezó una expedición hacia el norte desde México. Financiada por el propio Oñate, el virrey Luis de Velasco (ca. 1538-1617) y el rey Felipe II (1527-1598), la expedición tuvo que vadear el Río Bravo o el Río Grande, como se le conoce en los Estados Unidos. En 1604 Juan de Oñate se aventuró hacia el oeste desde su base en Nuevo México y envió palabra de “un gran Puerto en el Mar del Sur”, en realidad la desembocadura del Río Colorado. Oñate permaneció en Nuevo México hasta 1607, donde supervisó la construcción de misiones franciscanas y, bajo las estipulaciones de su acuerdo con la Corona, organizó más expediciones hasta regiones tan distantes como lo que es hoy el estado de Kansas al este y al Golfo de California al suroeste.

El rey Carlos III (1716-1788), que reinó de 1759 a 1788, expulsó a los jesuitas de la América española en 1767 y en 1776 estableció una nueva Comandancia General de las Provincias Internas del Norte de la Nueva España, para gobernar los territorios que incluían mucho del norte de México y lo que es ahora el Suroeste Americano.

Como parte de sus reformas, Carlos III también instruyó al marqués de Rubí (ca. 1725-?) que inspeccionara los presidios de la frontera norte de la Nueva España desde el Golfo de California a Luisiana y que recomendase medidas para su mejoramiento. Aunque la exploración no era su misión principal, la expedición de Rubí aportó nueva y valiosa información sobre las tribus indias y sobre las condiciones a lo largo de la frontera. Llevó a cabo su misión en 1766-68, acompañado por Nicolás de la Fora (ca. 1740) y Josef Urrutia (1728-1800), del Real Cuerpo de Ingenieros.

En 1772 Carlos III emitió una nueva norma basada en el mapa e informe elaborados por de la Fora y Urrutia. Esta norma estipulaba la manera en que se debían de llevar a cabo las relaciones con los indios, las responsabilidades del inspector-comandante y otras autoridades militares, y también por un cordón de seguridad compuesto por 15 presidios ubicados a intervalos de 40 ligas, desde Sonora hasta Texas. El objetivo era frenar las incursiones de los Apaches del norte a las zonas donde había asentamientos permanentes y también ponerlos bajo control militar.

En julio de 1776 los padres Silvestre Vélez de Escalante (ca. 1750-1780) y Anastasio Domínguez encabezaron una expedición de 10 hombres en busca de la mejor ruta desde Santa Fe, Nuevo México a Monterey, California. Regresaron en enero de 1777 después de haber explorado los estados de las Montañas Rocosas de Colorado, Utah y Arizona, pero sin haber podido localizar la ruta que deseaban. Bernardo Miera y Pacheco hizo unos mapas tan detallados de esa región que luego fueron usados por otros, como por ejemplo, el Barón Alexander von Humboldt (1769-1859) para su Atlas Géographique et Physique du Royaume de la Nouvelle Espagne, publicado en París en 1811.


Page from diary

Memorias Sobre las Provincias del Norte de Nueva España. [Notes on the Provinces of the North of New Spain]. Silvestre Veléz de Escalante. [1799]. Manuscript Division. Library of Congress.

Este volúmen, copiado por un teniente del Cuerpo de Ingenieros de la Armada Española, incluye el diario de la expedición dirigida por los sacerdotes franciscanos Silvestre Vélez de Escalante y Francisco Domínguez. El diario recoge la ruta que comenzó en Santa Fe el 29 de Julio de 1776 y cruzó hasta lo que hoy comprende Colorado, Utah, y Arizona. Las características geográficas son descritas, incluyendo las antiguas moradas en los acantilados de Mesa Verde en Colorado.


Map of Spanish territory in America

Mapa, que comprende la Frontera, de los Dominios del Rey, en la America Septentrional. [Map deliniating the borders of the domains of the King in America]. José de Urrutia. 1769. Geography and Map Division. Library of Congress.

Este mapa fue el resultado de la inspección del sistema de presidios en Nueva España hecha por el Marqués de Rubí en 1766-68.