Traducido del inglés: viernes, 14 de diciembre, 2012
NUEVA YORK (Reuters Health) - Un estudio demuestra que los
pacientes que asisten a un curso de educación mente-cuerpo están
mejor entrenados para manejar el síndrome de colon irritable
(SCI).
Los beneficios del curso fueron modestos y similares a los
que se obtienen con los medicamentos, según precisó el doctor
Emeran Mayer, autor principal del estudio y profesor de la
Facultad de Medicina de University of California, Los Angeles.
El programa no funciona en todos los pacientes, pero el autor
dijo que a otros "les cambió la vida".
El equipo no pudo describir exactamente cómo cambió la vida
de los pacientes, pero los participantes del estudio tuvieron
síntomas no tan graves y mejoraron su calidad de vida.
El SCI es un conjunto de síntomas (dolor estomacal y
diarrea) sin un componente inflamatorio conocido, como la
enfermedad inflamatoria intestinal. En la revista Alimentary
Pharmacology and Therapeutics, el equipo escribe que hasta el 15
por ciento de la población padece SCI, que no tiene cura.
Algunos estudios habían obtenido buenos resultados con el
uso de psicoterapia, meditación e hipnosis.
El equipo de Mayer desarrolló un programa educativo grupal,
con sesiones de dos horas una vez por semana, durante cinco
semanas. Allí se hablaba del papel del cerebro en la regulación
de la digestión, cómo las respuestas a experiencias estresantes
influyen en el SCI y las estrategias para controlar los
síntomas.
Los autores compararon los síntomas, la calidad de vida y la
salud mental de 34 alumnos del curso con los de 35 pacientes en
lista de espera (grupo control).
Al terminar las sesiones, los asistentes manifestaron una
disminución de la gravedad de los síntomas (de 10 a ocho en una
escala de 20 puntos). A los tres meses de la finalización del
programa, los pacientes calificaron la gravedad de los síntomas
con siete.
En cambio, el grupo control dijo que los síntomas habían
disminuido de 13 a 11 puntos al finalizar las cinco semanas y a
10 a los tres meses.
El equipo no pudo describir el significado de esos cambios
en el día a día.
La calidad de vida de los asistentes al curso mejoró de 67 a
casi 76 en una escala de 100 puntos al final de las sesiones,
mientras que la calidad de vida del grupo control se redujo de
64 a unos 62 puntos. Y los participantes del curso mostraron
signos de mejores habilidades para superar los síntomas.
Los resultados integran "un conjunto mayor de resultados que
demuestran que el cerebro sería clave en su interacción con los
intestinos que está asociada con los síntomas del SCI", dijo
Jeffrey Lackner, profesor de State University, Nueva York,
Búfalo, y que no participó del estudio.
Aclaró que aún se desconoce la importancia de estas
determinaciones en las actividades cotidianas de los pacientes.
Opinó que los próximos estudios deberían explorar cuánto cambia
la vida de los pacientes.
El equipo de Mayer está desarrollando programas online para
aumentar el acceso a este enfoque.
FUENTE: Alimentary Pharmacology and Therapeutics, online 3
de diciembre del 2012.
La Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU. | Los Institutos Nacionales de la Salud | Departamento de Salud y Servicios Humanos