Traducido del inglés: lunes, 17 de diciembre, 2012
Por Trevor Stokes
17 dic (Reuters) - Un cuarto de los sobrevivientes de un
paro cardíaco padece trastornos psicológicos prolongados, como
la ansiedad, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y la
depresión.
Este estrés adicional en la recuperación de los pacientes
está subdiagnosticado y los médicos cuentan con pocos métodos
estandarizados para identificar a los pacientes de riesgo.
"La ansiedad, la depresión y el TEPT son las principales
preocupaciones después de un paro cardíaco -dijo la autora
principal, Kathryn Wilder Schaaf, estudiante posdoctoral de
Virginia Commonwealth University-. Tenemos las herramientas para
tratarlas, (de modo que) es importante identificarlas".
Los expertos aseguran que se desconocen muchas de las
consecuencias en el largo plazo porque cada año sobrevive sólo
un 10 por ciento de los estadounidenses que padecen un paro
cardíaco. Y eso es mucho más que en el pasado.
A diferencia del "ataque cardíaco", si el corazón no se
"reinicia" rápidamente, suele sobrevenir el daño cerebral o la
muerte. El uso de la terapia con frío, que protege el cerebro
durante un tiempo, y los desfibriladores implantables, que
reactivan un corazón detenido, ayudaron a reducir la mortalidad,
pero poco se conoce sobre las cicatrices mentales y emocionales
que quedan en los sobrevivientes.
El equipo de Schaaf revisó 11 estudios publicados entre 1993
y el 2011 sobre las consecuencias mentales de los paros
cardíacos sufridos fuera de los hospitales y halló que los
trastornos afectaban a entre el 15 y 50 por ciento o más de los
pacientes.
En los meses o años posteriores a un paro cardíaco, un
tercio de los pacientes estaba deprimido y casi dos tercios
padecían ansiedad. Hasta los síntomas del TEPT eran comunes, en
entre el 19 y 27 por ciento de los sobrevivientes.
En la revista Resuscitation, el equipo señala que en la
realidad, no se suele tener en cuenta ni evaluar el estado de
salud mental de los sobrevivientes, aunque su tratamiento en
otros pacientes cardíacos había demostrado un aumento de la
sobrevida y una reducción de los costos.
En un estudio publicado en noviembre último, los pacientes
deprimidos, en recuperación de un infarto, que recibieron
psicoterapia combinada con antidepresivos durante seis meses
generaron un gasto médico de 1.857 dólares, comparado con los
más de 2.797 dólares en atención de un grupo sin asistencia
psicológica.
Otros estudios sugieren que los trastornos mentales retrasan
la recuperación física. Un estudio del 2008, a cargo del doctor
Karl-Heinz Ladwig, epidemiólogo del Centro Alemán para la
Investigación de la Salud Pública y del Medio Ambiente, había
demostrado a cinco años que los sobrevivientes de un paro
cardíaco y situaciones similares sin signos de TEPT
sobrevivieron 3,5 veces más que aquellos que desarrollaron
estrés postraumático.
Ladwig explicó a Reuters Health que el estrés altera el
sistema nervioso y la frecuencia cardíaca, además de agravar la
inflamación crónica que daña el corazón.
FUENTE: Resuscitation, online 3 de diciembre del 2012.
(notasdesalud2006@yahoo.com.ar)
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