Traducido del inglés: viernes, 28 de diciembre, 2012
Por Kathleen Raven
NUEVA YORK (Reuters Health) - Los médicos y los enfermeros
de cuatro hospitales de Boston citaron la falta de entrenamiento
para explicar por qué casi no le proporcionaban asistencia
espiritual a los pacientes oncológicos terminales, a pesar de
que la mayoría lo consideraba muy importante en el final de la
vida.
"Me sorprendió que la causa fuera principalmente la falta de
entrenamiento", dijo la autora principal, doctora Tracy Balboni,
radióloga oncológica del Instituto del Cáncer Dana-Farber, en
Boston.
Las guías de cuidados paliativos de Estados Unidos
recomiendan que los médicos presenten atención a las necesidades
religiosas y espirituales de los pacientes durante la atención
en el final de la vida.
Sin embargo, los 204 médicos que participaron del estudio
dijeron que les habían proporcionado asistencia espiritual al 24
por ciento de los pacientes; los 118 enfermeros lo habían hecho
en el 31 por ciento de los casos.
Los 69 pacientes con cánceres avanzados que respondieron la
encuesta hablaron de una frecuencia aún menor de esa asistencia
al decir que el 14 por ciento de los enfermeros y el 6 por
ciento de los médicos les habían proporcionado algún tipo de
asistencia espiritual.
"Hubo una época en la que los enfermeros y los médicos
hubiesen respondido 'Ese no es mi trabajo', pero la tendencia
está cambiando", dijo la especialista en cuidados paliativos
Betty Ferrell, de Ciudad de la Esperanza, un hospital dedicado a
la investigación y tratamiento del cáncer en Duarte, California.
"Nos estamos dando cuenta de que no podemos seguir ignorando
este aspecto de la atención", indicó Ferrell, profesora de
enfermería que no participó del estudio.
El equipo de Balboni diseñó una encuesta, la primera en su
tipo, para comparar las actitudes hacia la atención espiritual
en pacientes, enfermeros y oncólogos seleccionados al azar en
cuatro hospitales.
Las respuestas indicaron que la mayoría de los profesionales
y los pacientes consideraba apropiados ocho ejemplos de
asistencia espiritual, como rezar con el paciente porque así lo
pidió o derivarlo al capellán del hospital.
Luego, el equipo les pidió a los participantes que
calificaran experiencias espirituales previas. De nuevo, la
mayoría coincidió en que el efecto en la atención sería
positivo.
Otra posibilidad que se le ofreció a los médicos y los
enfermeros fue la falta de tiempo. "El 73 por ciento respondió
que era una barrera importante para asistir espiritualmente a
los pacientes", indicó Balboni.
Pero los que argumentaron escasez temporal brindaron
asistencia espiritual con la misma frecuencia que aquellos que
dijeron que tenían tiempo suficiente para hacerlo. Eso sugiere
que el tiempo no sería el problema.
De hecho, la falta de entrenamiento se mantuvo como la
principal barrera para brindar contención espiritual. Sólo el 13
por ciento de los médicos y los enfermeros habían sido
entrenados al respecto alguna vez.
"No podemos hacer lo que no sabemos. Los médicos y los
enfermeros nunca aprendieron a identificar y responder a una
necesidad espiritual", dijo la autora.
Además, el campo de la atención espiritual demanda una
definición más clara, según sostuvo la doctora Christina
Puchalski, directora del Instituto George Washington para la
Espiritualidad y la Salud.
"Existe una gran controversia sobre si se puede preguntar la
religión de un paciente", dijo Puchalski.
"Pero estudios previos habían demostrado que lo que importa
no es la denominación religiosa de los pacientes, sino qué le da
significado y sentido a sus vidas, como la familia, el arte, el
trabajo, la naturaleza, el yoga u otros valores", finalizó.
FUENTE: Journal of Clinical Oncology, online 17 de diciembre
del 2012
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