Traducido del inglés: lunes, 7 de enero, 2013
Por Trevor y Stokes
NUEVA YORK (Reuters Health) - La mayoría de los médicos
copia y pega información antigua y potencialmente desactualizada
en las historias clínicas, lo que para los autores de un nuevo
estudio sería un atajo hacia la falta de comunicación y los
errores médicos.
"La historia clínica electrónica se creó para facilitar el
proceso de los documentos, pero pienso que perpetuó el copiado",
opinó el autor principal, doctor Daryl Thornton, profesor
asistente de la Facultad de Medicina de Case Western Reserve
University, Cleveland.
A la práctica se le atribuyó la potencialidad de transformar
los garabatos médicos indescifrables en información sobre los
pacientes fácil de leer y buscar, documentos que podrían
compartirse entre especialistas y hospitales.
En el 2011, el Gobierno de Estados Unidos comenzó a entregar
incentivos económicos para que los hospitales implementaran las
historias clínicas electrónicas. Esos incentivos expirarán en el
2015.
Muchos sistemas permiten copiar y pegar texto de notas y
otros documentos anteriores. De modo que el equipo de Thornton
revisó 2.068 informes electrónicos de evolución de los pacientes
que crearon 62 residentes y 11 médicos de la UTI de un hospital
de Cleveland. Con un software de detección de plagio, el equipo
analizó cinco meses de notas sobre 135 pacientes y halló que el
82 por ciento de las anotaciones de los residentes y el 74 por
ciento de las de los médicos incluían un 20 por ciento o más de
información copiada y pegada en la historia clínica.
En la revista Critical Care Medicine, el equipo aclara que
no examinó la motivación de los médicos y los residentes a
plagiar información o si esa práctica afectaba la atención de
los pacientes.
Pero en un caso, según recordó Thornton, se le dio el alta
de la UTI a un paciente que tuvo que ser reinternado un par de
días después. Su historia clínica incluía tantos datos copiados
y pegados que el nuevo equipo médico no pudo descifrar el
diagnóstico original. Al final, el nuevo equipo llamó por
teléfono a los primeros médicos que habían atendido al paciente.
Ninguna característica de los pacientes (tiempo de
internación, edad, género, motivo de internación en la UTI o
gravedad) modificó la frecuencia con la que un médico copiaba
información en sus historias clínicas.
Aunque las notas de los residentes eran las que más material
copiado incluían, los médicos tendían a copiar más material
entre notas y más detalles de sus propias evaluaciones de otras
notas.
"Lo que se pierde es la narrativa (...) ¿cuáles son los
antecedentes del paciente?", dijo el doctor Michael Barr,
vicepresidente senior de la División de Práctica Médica,
Profesionalismo y Calidad del Colegio Estadounidense de Médicos.
Barr no participó del estudio.
En un editorial no relacionado al estudio y publicado esta
semana en otra revista, The Journal of Urology, la doctora
Deborah Erickson señala que resumir los antecedentes de un
paciente al inicio de las notas es una antigua tradición y que
es tan fácil cometer un error en las historias clínicas a mano
como en las electrónicas.
A Erickson le preocupa más que copiar y pegar reiteradamente
grandes cantidades de texto, a veces con imágenes y otra
información, genere "una nota muy extensa y sin sentido".
Además, para un médico, "es mucho mejor para su anotación
diaria sintetizar e interpretar la información previa, dejando
fuera datos antiguos e irrelevantes".
Ann Gaffey, presidente de la consultora Healthcare Risk and
Safety Strategies, en Arlington, Virginia, consideró que "si la
comunicación no es precisa, oportuna, completa y fáctica, es
altamente probable que se transmita información incorrecta que,
en algún momento, se derrumbará".
En un estudio propio, Gaffey había observado que copiar y
pegar era una práctica común en unos 50 consultorios médicos que
utilizaban cinco programas de registro electrónico distintos. Un
motivo de ese problema es, para la investigadora, la falta de
tiempo que tienen los médicos para aprender correctamente a
utilizar los nuevos sistemas electrónicos.
Eso haría que opten por atajos, finalizó Gaffey, que no
participó del nuevo estudio.
FUENTE: Critical Care Medicine, online 20 de diciembre del
2012.
La Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU. | Los Institutos Nacionales de la Salud | Departamento de Salud y Servicios Humanos