Traducido del inglés: lunes, 14 de enero, 2013
Por Kathryn Doyle
NUEVA YORK (Reuters Health) - Los infartos cardíacos son más
comunes los días de semana y por la mañana, en especial los
lunes. Pero un estudio demuestra que ese patrón se revirtió en
Nueva Orléans tras el huracán Katrina.
"El hecho de que sea un cambio tan radical es muy
sorprendente", dijo el autor principal, doctor Matthew Peters,
de Tulane University.
Luego del paso de Katrina, la cantidad de ataques se
triplicó, probablemente por un aumento del tabaquismo. Eran más
comunes los días de semana por la tarde y durante los fines de
semana, según publica The American Journal of Cardiology.
Antes del huracán, el 23 por ciento de los infartos ocurría
los lunes, como el promedio nacional. Luego, el 10 por ciento
ocurría ese día, menos que cualquier otro día de la semana.
Estudios previos habían atribuido la sobrecarga de los lunes
y las mañanas al estrés laboral, que aumenta en esos momentos.
El cambio de patrón después del huracán desconcertó a los
investigadores.
Si los resultados se replican con otros estudios, los
autores tendrían una explicación posible: las fuentes de estrés
de una ciudad cambian después de un desastre natural.
Peters sugirió que para las personas que no van a trabajar
por la tormenta, los días lunes dejan de ser especialmente
desgastantes. "La gente no se despierta y va a trabajar, y la
vida de hogar es aún más difícil", dijo Peters.
Para los que siguen trabajando, la ocupación se convierte en
un recreo del estrés que produce el huracán en el hogar.
Pero ese razonamiento del "alivio del estrés en el trabajo"
no explica todos los resultados, según David Krantz,
especialista en infartos inducidos por el estrés de Uniformed
Services University of the Health Sciences, Bethesda, Maryland.
Explicó que los infartos cardíacos matutinos están asociados
con cambios hormonales y un aumento del estrés cardíaco al
despertar, lo que no cambiaría con un huracán.
La información se limitó a un centro médico, el Hospital de
Tulane University. "Aún no confirma que haber vivido la tormenta
cambiara a la población; la tormenta simplemente habría
modificado quién se quedó en la ciudad", opinó Kathryn
Roecklein, que en la University of Pittsburgh investiga cómo los
ritmos corporales influyen en la biología.
Katrina hizo que 1,3 millones de habitantes de la costa del
Golfo se desplazaran, ya sea por un tiempo o de forma
definitiva. "Un desastre que no obligue a los habitantes a
desplazarse sería una mejor prueba para responder esta
pregunta", dijo Roecklein.
El estudio no consideró otros factores que cambiaron entre
los grupos. Los pacientes atendidos después de Katrina eran más
jóvenes, desempleados, sin seguro de salud y más propensos a
fumar, un factor de riesgo cardíaco. Este cambio habría influido
en la oportunidad de los infartos, pero, por ahora, para Krantz
es difícil confirmarlo.
FUENTE: The American Journal of Cardiology, 7 de enero del
2013.
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