Una tormenta de polvo es una pared de polvo y desechos en movimiento, que suele presentarse de repente.  Se forman en las regiones áridas como el Sudoeste de los Estados Unidos, cuando las partículas de polvo y los suelos de textura fina son arrastrados al aire, a menudo por vientos fuertes. Pueden tener hasta 160 kilómetros (100 millas) de ancho y varios metros de altura. Se desplazan a un promedio de 40 a 80 kilómetros (25 a 50 millas).

Las tormentas de polvo son comunes en el Sudoeste durante la temporada de los vientos monzónicos que azotan a esa región durante el verano, cuando cambian los vientos, aumenta la temperatura y las condiciones ambientales son extremadamente secas. Las tempestades eléctricas, activadas por el intenso calentamiento del suelo, pueden producir fuertes corrientes descendentes, que levantan la arena suelta del suelo del desierto y ocasionan una tormenta de polvo.

Las tormentas de polvo pueden contener material en partículas, que constituye una grave amenaza para la salud humana si se acumula en el aparato respiratorio. Las partículas de polvo pueden ocasionar trastornos respiratorios, particularmente para las personas con asma. Pueden lesionar el delicado tejido pulmonar, irritar los pulmones y desencadenar reacciones alérgicas, incluso crisis de asma. La exposición al polvo de las tormentas puede causar tos, sibilancia y flujo nasal. La inhalación de mucho polvo por un período prolongado puede causar trastornos respiratorios y pulmonares crónicos.

Las tormentas de polvo pueden exponer a la gente a esporas de hongos causantes de una enfermedad llamada fiebre del Valle o coccidioidomicosis. Estas esporas viven en el suelo desértico de zonas semiáridas y son originarias del Sudoeste.  Pueden ser transportadas por el aire y propagarse durante una tormenta de polvo.

La fiebre del Valle suele ser leve y asintomática. Algunas personas pueden experimentar síntomas similares a los de la influenza, como fiebre, tos y dolores musculares. Un pequeño número de personas puede presentar una infección crónica o neumonía por causa de la fiebre del Valle. Los nativos estadounidenses, los hispanos y los afroestadounidenses  tienen más probabilidades de infección causada por la fiebre del Valle.

Las tormentas de polvo pueden tener un grave efecto en la agricultura al causar daño a los cultivos y al ganado. Pueden arrastrar la valiosa capa superior del suelo, causar erosión y reducir los nutrientes y la capacidad de retención de agua de la tierra.

Las tormentas de polvo reducen la visibilidad a veces por completo. Pueden crear peligros para la conducción de vehículos, causar accidentes y forzar a los aeropuertos a cerrar por falta de visibilidad y por las condiciones producidas por el polvo. Pueden derribar las conexiones de electricidad, causar apagones y dañar la infraestructura, los computadores y el equipo de comunicaciones por la acumulación de polvo.

Algunas tormentas de polvo intensas se llaman haboob, que quiere decir viento en árabe. Son más frecuentes en el Sudoeste durante el período de mayo a septiembre. Producen vientos de más de 48 kilómetros (30 millas) por hora, pueden levantar polvo a más de 915 metros (3.000 pies) y duran, en promedio, menos de tres horas.

Las tormentas de polvo pueden afectar a determinadas zonas por días y aun meses.

Las condiciones de mayor sequedad previstas como resultado del cambio climático en el Sudoeste probablemente ocasionarán más tormentas de polvo, según el Servicio Geológico de los Estados Unidos. 

Esta descripción se basa en la información encontrada en los enlaces virtuales citados en la versión en inglés de este tema.

Sustancias químicas en las tormentas de polvo
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Material en partículas

Última actualización: 5 diciembre 2012