Los medicamentos pueden ayudar a que te sientas mejor y te recuperes de alguna enfermedad o malestar, pero si no sigues las indicaciones, los medicamentos también pueden hacerte daño.
Puedes reducir la posibilidad de tener efectos secundarios (efectos no deseados o inesperados) de los medicamentos si sigues cuidadosamente las indicaciones. Los efectos secundarios pueden ser leves, como dolor de estómago, o más graves, como daño al hígado.
Si sigues las indicaciones en la etiqueta del medicamento o las que te da tu farmacéutico, doctor o enfermera, vas a obtener los mejores resultados.