En los últimos 30 años, los médicos han notado un aumento en el número y grado de seriedad de las roturas de tobillo. Esto se debe a que los así llamados "baby boomers," o niños de la post guerra, son activos y están envejeciendo. El tobillo está compuesto por dos articulaciones, una sobre otra. Un tobillo roto puede significar la rotura de uno o más huesos, como así también daño de tejido conectivo circundante (ligamentos).
La articulación superior del tobillo está compuesta por tres huesos:
Los huesos de la pierna forman una cavidad redonda alrededor de la parte superior del astrágalo, lo que permite flexionar el pie hacia arriba y hacia abajo.
Justo por debajo de la articulación del tobillo existe otra articulación (subtalar), donde el astrágalo se conecta con el hueso del talón (calcáneo), esta articulación permite que el pie se mueva lateralmente. Existen tres conjuntos de tejidos fibrosos que conectan los huesos y brindan estabilidad a ambas articulaciones. Las protuberancias que se sienten a ambos lados del tobillo son los extremos inferiores de los huesos de la pierna. La protuberncia en la parte externa del tobillo (maléolo lateral) es parte del peroné, y la protuberancia más pequeña que se encuentra en la parte interna del tobillo (maléolo medial) es parte de la tibia.
Cualquiera de los tres huesos que componen el tobillo se puede romper debido a una caída, un accidente automovilístco o algún otro trauma al tobillo.
Un esguince severo del tobillo puede ocultar la rotura del tobillo, toda lesión del tobillo debería ser examinada por un médico. Los síntomas de un tobillo roto incluyen:
La rotura de un tobillo también puede causar daño a los ligamentos. Su médico pedirá que se le tomen radiografías para saber el lugar exacto donde ocurrió la fractura y a veces también será necesario hacer una tomografía computada general u ósea.
Si la fractura es estable (sin daño de ligamentos o de la articulación) se la puede enyesar la pierna o bien se le puede colocar un braguero. Al comienzo, se le puede enyesar la pierna con un yeso largo y luego reemplazarlo con uno más corto que le permita caminar. El tobillo tarda al menos seis semanas en curarse y posiblemente pasen varios meses hasta que la persona pueda volver a competir en deportes. Para asegurarse que los huesos no se han movido por cambios o por presión sobre el tobillo, el médico probablemente le solicite tomarse otras radiografías mientras el hueso suelda.
En caso de haber habido la fractura es inestable con los huesos fuera de lugar tal vez será necesaria una operación para "juntar" los huesos y asegurarse que suelden de manera adecuada y para mantener los huesos en su lugar correcto, el cirujano tal vez utilice una placa o tornillos de metal, grapas o bandas de tracción. Generalmente, existen pocas complicaciones aunque hay mayor riesgo con pacientes diabéticos o fumadores.
El cirujano después le recomendará un programa de rehabilitación y para recuperar la fuerza. Es importante realizar ejercicios para recuperar el movimiento, pero es más importante no colocar peso sobre el tobillo. Si es un niño quien sufre la fractura, es necesario que se lo controle por un período de dos años para asegurarse que el crecimiento es normal, sin deformidades ni diferencia en la longitud de la pierna.
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